Los datos dejan ver el problema. En Estados Unidos, 1 de cada 4 mujeres mayores de 50 años sufre una fractura vertebral. Se trata de la segunda fractura más frecuente en pacientes con osteoporosis. De hecho, en la población europea, el 20,2% de las mujeres y el 12% de los hombres con esta enfermedad diagnosticada sufre al menos una fractura vertebral. ¿Qué se puede hacer al respecto? Cuando el tratamiento conservador fracasa, en Medicina del Dolor, expertos en el tratamiento del dolor crónico, planteamos a nuestros pacientes las técnicas de refuerzo vertebral Cifoplastia y Vertobroplastia.
Más de un 90% de resultados positivos.
Este tipo de técnicas ofrecen resultados muy positivos. Según los datos relativos a nuestra experiencia médica, más del 90% de los casos consigue controlar el dolor tras la aplicación de las técnicas de refuerzo vertebral. Unas técnicas que debido a su mejora progresiva tendrán una indicación cada vez más temprana por parte de los especialistas.
El equipo médico de Medicina del Dolor inicia un tratamiento conservador mediante la prescripción de reposo, analgésicos y otras medidas ortopédicas externas. Pasadas entre 4 y 6 semanas, si no hay mejoría y según el caso, podemos recomendar la Cifoplastia o Vertobroplastia.
Cifoplastia y Vertobroplastia. ¿En qué consisten?
Ambas técnicas, mínimamente invasivas, tienen como objetivo aliviar el dolor, reforzar la columna vertebral y, en consecuencia, mejorar la calidad de vida y la movilidad del paciente.
Tanto la Cifoplastia como la Vertobroplastia se basan en la introducción de cemento óseo en el cuerpo vertebral fracturado con control radiológico. Estas técnicas son necesarias porque cuando la vértebra se fractura, el hueso se comprime y causa dolor. La diferencia fundamental entre ambas radica en que durante la Cifoplastia se practica un túnel en el interior de la vértebra, mediante balones conectados a una jeringa de presión y que, al ser inflados, ayudan también a recuperar la altura del cuerpo vertebral.
Beneficios de las técnicas de refuerzo vertebral.
Además del dolor ocasionado al paciente, el gran problema de las fracturas vertebrales es que su propia existencia aumenta el riesgo de sufrir otras. Por otro lado, en el caso de pacientes con osteoporosis, la inmovilidad que genera en el paciente se convierte en un mal añadido. En este tipo de personas, por la propia enfermedad y por su edad, es imprescindible que recuperen la movilidad. De lo contrario, el grado de osteoporosis puede incrementarse notablemente.
¿Cómo se realiza el diagnóstico?
Es necesaria la implicación de un equipo multidisciplinar para tomar la decisión terapéutica acertada en cada paciente. Por eso, tal y como trabajamos en las clínicas de Medicina del Dolor, el diagnóstico es el fruto de un análisis amplio que incluye aspectos médicos, ortopédicos y técnicos.
Aunque no existen grandes contraindicaciones para estas técnicas, su aplicación no se recomienda durante el embarazo y cuando hay presencia de coagulación sanguínea, osteomielitis, aplastamientos de más del 75%, u otros casos que serán analizamos debidamente por el médico especialista.
Hay una solución para las fracturas vertebrales. Contacte con Medicina del Dolor.
Tradicionalmente, muchos pacientes entendían estos problemas en las vértebras como cuestiones vinculadas a la edad, sin tratamiento ni mejoría. Los avances de la medicina en general y, en especial, los relativos al dolor, pueden ayudarle a recuperar su calidad de vida. Si sufre un dolor de espalda crónico y quiere descubrir su origen y tratamiento, consulte sin compromiso con el equipo de Medicina del Dolor.
Fuente Datos: Revista Neurociguría.
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