Un estimulador nervioso es un dispositivo especial que estimula la médula espinal, o los nervios mediante pequeños impulsos eléctricos emitidos por medio de pequeños cables eléctricos colocados sobre la parte posterior de la médula espinal, o cualquier nervio periférico.
Definiendo un problema:
Resultados de la cirugía
Actualmente, en Medicina del Dolor, se ofrece el Estimulador Nervioso a los pacientes con dolor crónico y grave, que no responde a otras modalidades de tratamiento. La mayoría de estos pacientes sufren de distrofia simpática refleja / síndrome de dolor regional complejo, o de dolor en pierna y espalda, tras intervenciones quirúrgicas. Otras condiciones que se benefician son dolores neuropáticos después de Herpes Zoster; Dolor isquémico en insuficiencia arterial; Cefaleas…
Este dispositivo interrumpe o modula la conducción nerviosa (como la conducción de señales del dolor) hacia el cerebro.
Se realiza en dos etapas. En una primera etapa, se colocan electrodos temporales y se emplea un dispositivo externo para generar una corriente eléctrica. Si en esta etapa se logra aliviar el dolor, entonces se implanta el dispositivo permanente bajo la piel. La duración del procedimiento es muy individualizada en función de las dificultades propias de cada paciente.
Los electrodos se colocan bajo control por rayos X, y se emplea un anestésico local para adormecer la piel y los tejidos más profundos. El procedimiento se realiza en el quirófano y bajo control radiológico, a fin de mantener condiciones de esterilidad.
El procedimiento conlleva la inserción de una aguja a través de la piel y de tejidos más profundos (como en una inyección contra el tétano), por lo que resultará incómodo hasta cierto punto. No obstante, se anestesia la piel y los tejidos más profundos con un anestésico local, utilizando una aguja muy fina, antes de introducir la aguja. La mayoría de los pacientes también reciben analgesia y sedación por vía intravenosa, para ayudarles a tolerar mejor el procedimiento.
La colocación de los electrodos se realiza bajo anestesia local y con una ligera sedación del paciente. Para la correcta colocación de los electrodos se precisa la colaboración activa del paciente. La cantidad de sedación depende generalmente de la tolerancia de cada paciente individual. Para la colocación del generador, se emplea una sedación intravenosa más potente.
La técnica se ejecuta con el paciente tumbado boca abajo. Se vigila el electrocardiograma, la presión arterial mediante un manguito, y la oxigenación de la sangre. Se limpia la piel con una solución antiséptica, y a continuación se realiza el procedimiento. Se emplea control radiológico a fin de guiar la aguja para la colocación de los alambres.
Para el dolor de la zona lumbar y piernas, los electrodos se introducen en la línea media de la parte baja de la espalda. Para el control de dolor de nervios específicos los electrodos se colocan en su proximidad. A continuación, se coloca el generador sobre un lado de la espalda o en la zona alta de la cadera.
Si el procedimiento resulta un éxito, el dolor puede haber desaparecido o ser de bastante menor intensidad. El paciente notará una sensación de estímulo bastante constante. Las agujas empleadas pueden dejar molestias residuales durante uno o dos días.
El procedimiento normalmente se realiza con una admisión de un día. En algunos casos el paciente puede permanecer ingresado en observación hasta le día siguiente. El paciente tendrá que ser llevado a casa. A los pacientes se les aconseja tranquilidad durante un día, mas o menos, tras el procedimiento. Las actividades diarias se deberán realizar dentro de los límites de tolerancia de cada paciente.
Dependiendo de cuánto se utiliza el dispositivo (intensidad y duración), las baterías del generador pueden durar varios años. También existen baterías recargables a través de la piel, cuya duración máxima es de 9 años en la actualidad.
Resulta muy difícil predecir si el procedimiento será de utilidad o no en un paciente dado. Es por este motivo por el que se colocan alambres temporales, para saber si el dispositivo será eficaz para aliviar el dolor, o no. Normalmente, los pacientes experimentarán una reducción del 50-70% en su dolor.
Por lo general, el procedimiento resulta seguro. No obstante, todo procedimiento tiene sus riesgos, efectos secundarios y posibles complicaciones. Podrá comentar sus preocupaciones con su médico.
Los pacientes que son alérgicos a cualquiera de los medicamentos que se inyectan, o que padecen una infección activa, no deberán someterse a este procedimiento. Los pacientes en tratamiento que reciben fármacos antiplaquetarios o anticoagulantes (por ejemplo Sintrom®, Plavix®), deben ser preparados específicamente.