El dolor es algo complejo y no siempre está ocasionado por un daño físico o un golpe recibido. Es el caso del dolor neuropático, producido por una lesión en el sistema nervioso que altera nuestra respuesta a los estímulos. Para conocer más sobre este tipo de dolor que afecta a cerca del 7% de la población general, en Medicina del Dolor le explicamos qué es el dolor neuropático, cuáles son sus causas y cómo se relaciona con el tratamiento de dolores derivados de intervenciones quirúrgicas.
Un dolor difícil de detectar
Gran parte de las consultas relacionadas con dolor en los ambulatorios están ocasionadas por el dolor neuropático. Esto ocurre cuando se produce algún daño en el sistema nervioso ya sea en el central (encéfalo y médula espinal) o en el periférico (nervios y terminaciones nerviosas microscópicas). Entonces, a causa de su mal funcionamiento, nuestra percepción del dolor se ve alterada, incluso en situación de reposo.
El dolor neuropático se manifiesta de diferentes formas: dolor al roce, quemazón, descargas eléctricas, hormigueo, tirantez o pinchazos como alfileres. También hay casos muy peligrosos en los que la sensibilidad al dolor disminuye. Y, por extraño que nos parezca, el 29% de los pacientes que se tratan en unidades de dolor lo padecen.
Cuáles son las causas del dolor neuropático
Son variadas. Algunas pueden prevenir provocadas por traumatismos o enfermedades comunes como los herpes, la diabetes, el cáncer o trastornos neurodegenerativos como la demencia o el Alzheimer. Incluso se asocia con tratamientos farmacológicos como la quimioterapia y la radioterapia o con los problemas derivados de intervenciones quirúrgicas.
De igual modo, los casos son múltiples. Por ejemplo, una amputación de un miembro a causa de la diabetes puede provocar un dolor en la extremidad que ya no existe o una cirugía ocular afectar a la sensibilidad de la cara (conocido médicamente como neuralgia del trigemino) e incluso dificultar al paciente el acto de hablar o masticar. También las cicatrices por la colocación de prótesis pueden ocasionar problemas. Todos ellos son secuelas por lesiones en nervios producidos durante las operaciones.
Cómo evitarlo y tratarlo
Ante estas secuelas, cada vez son más los profesionales que apuestan por operar con técnicas quirúrgicas menos agresivas que reducen significativamente la posibilidad de padecer dolor neuropático tras las intervenciones. También se llevan a cabo prácticas cómo preservar ciertos nervios durante las operaciones o tratar el dolor postoperatorio de manera precoz y agresiva para evitar inflamaciones más complicadas de tratar.
Además, el dolor neuropático trae consigo otros problemas como trastornos del sueño, somnolencia diurna, falta de energía, depresión o ansiedad. Incluso no solo afecta al paciente sino también a la vida de quienes les rodean.
De este modo, el tratamiento del dolor neuropático debe abordarse de una manera global con un equipo multidisciplinar de profesionales. Lo primero será detectar qué causa en el paciente y por qué y, a partir de ahí, trabajar para solucionarlo. En Medicina del Dolor no solo tratamos directamente el dolor neuropático del paciente con un alto índice de mejoría, sino que también le enseñamos habilidades para afrontar su situación y manejar el estrés al que se enfrenta día a día.
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