El suelo pélvico es una red de músculos que se encuentran en la zona de la pelvis, su función es sostener los órganos del abdomen y ocuparse de que funcionen adecuadamente, pero tarde o temprano estos músculos fallan o se dañan como cualquier otro, lo que da lugar a diferentes síntomas o afectaciones, es lo que llamamos “Disfunción del suelo pélvico”, algunos de estos problemas son:
Actualmente es posible recuperar las funciones dañadas del suelo pélvico empleando a un equipo multidisciplinar, compuesto de especialistas en varios campos de la salud, que le ayudarán a entender su problema y encontrarán una solución.
Como ocurre en todos los músculos, para recuperarlos hay que llevar a cabo un entrenamiento y una reeducación, este proceso se divide en 3 fases:
Para conseguirlo dispondrá de la ayuda de profesionales cualificados, que le aportarán las técnicas y las herramientas que necesite. Una de las más útiles es la electroestimulación: Este método consiste en aplicar una corriente eléctrica no dolorosa en una zona del cuerpo para provocar la contracción del músculo, de esta forma le ayudamos a entender que es lo que debe sentir y donde, de forma que facilite su control. Dependiendo del músculo que sea necesario tratar, se utilizará un electrodo colocado sobre la piel, o intravaginal, o intrarrectal.
En este punto disponemos de una gran variedad de instrumentos diseñados para desarrollar fuerza y control, como bolas chinas, conos, pesas y correcciones posturales; Pero la herramienta más útil con diferencia es el biofeedback: Este aparato detecta la contracción de un músculo determinado, calcula la fuerza que está realizando y muestra esos datos en una pantalla. Gracias a él, se puede saber en qué estado se encuentra el músculo y sobretodo, le permite a usted ver el trabajo que realiza en tiempo real, saber cuándo está perdiendo fuerza o está bajando el ritmo, y comprobar sus progresos. Estos aparatos están a su disposición en el gimnasio, y además es posible alquilarlos para trabajar en casa.
El “suelo pélvico” se refiere a una red de músculos conectados a la pelvis en las zonas anterior, posterior y laterales, formando una hamaca que proporciona soporte a los órganos de la pelvis, incluyendo el útero, el recto y la vesícula, y en el caso de la mujer, también la vagina y la uretra.
El trabajo coordinado de estos músculos controla las funciones de intestinos y vesícula (el suelo pélvico se relaja para permitir el movimiento intestinal, la micción y, en las mujeres, la interacción sexual.
Con el tiempo, particularmente en mujeres, el suelo pélvico deja de funcionar como debería. Estudios indican que las mujeres sufren desordenes del suelo pélvico en diversas edades:
Si bien es cierto que los problemas de suelo pélvico se vuelven más comunes según aumenta la edad en las mujeres, estos son patológicos y afectan notablemente a la calidad de vida, por lo que deben ser tratados al menor signo de su presencia, afortunadamente las consecuencias son reversibles con tratamiento.
La disfunción del suelo pélvico ocurre cuando la base o “hamaca” de músculos que soportan los órganos de la pelvis se debilitan o resultan dañados. Existen 3 tipos de disfunciones del suelo pélvico:
En pacientes con IC, es común encontrar que la musculatura del suelo pélvico está excesivamente tensa (hipertonía), este estado es el opuesto a un suelo pélvico hipotónico, que puede provocar incontinencia. Aun así, los pacientes con IC a veces desarrollan una mezcla de ambas afectaciones, presentando unos músculos muy laxos y otros muy hipertónicos, debido a esto los pacientes no pueden controlar adecuadamente sus movimientos intestinales, hasta el punto de que pueden no llegar a realizarlos.
La mayoría de las causas de Dolor asociado a una Disfunción del suelo Pélvico son desconocidas hoy en día, aunque se sabe que puede desarrollarse a consecuencia de diversas afectaciones o sucesos:
Hay varios profesionales que se encargan del tratamiento y mantenimiento del suelo pélvico, por lo que el mejor método de procedimiento es el uso de un equipo multidisciplinar que incluya a varios expertos de diferentes campos de la salud:
Su evaluación se llevará a cabo por un médico o un fisioterapeuta especializados en el tratamiento de suelo pélvico, y consistirá en un examen físico para evaluar sus síntomas y una revisión de su historia clínica previa. Algunas de las preguntas que puede incluir son:
El examen físico se realizará empleando palpación y técnicas manuales tanto en la zona del periné (entre la vagina/testículos y el recto), como en la zona intravaginal o intrarrectal para evaluar la capacidad de contracción y relajación de los músculos y la presencia de espasmos, contracturas, debilidades o desequilibrios.
Si la evaluación interna resulta demasiado incómoda para usted, se pueden aplicar electrodos adhesivos en la zona del periné o el sacro para medir la funcionalidad muscular.
También se puede realizar la evaluación con un aparato llamado perineometro, este se introduce en la vagina o el recto y evalúa su capacidad muscular.
Es posible que también se realice un test de flujo de orina, en el que se evaluará la capacidad para vaciar la vejiga, si el flujo es débil, o si necesita detenerse a mitad de micción, estos indicios proporcionan información que puede sugerir la presencia de una disfunción en el suelo pélvico.
Actualmente no existe una forma segura de distinguir de forma clara entre ambos problemas de salud y es habitual encontrar ambos problemas juntos en los pacientes.
El tratamiento se aplica empleando diferentes medios al mismo tiempo, básicamente se utiliza:
El objetivo del tratamiento de pacientes con disfunción del suelo pélvico por cistitis intersticial es relajar la musculatura del suelo pélvico y evitar sobreexcitarla de nuevo. El método de trabajo se lleva a cabo combinando autocuidados por parte del paciente, farmacoterapia, terapia física y ejercicios en casa.
El terapeuta empleará la terapia manual o masaje tanto en la zona externa (periné) como interna (intravaginal o intrarrectal) para estabilizar la pelvis antes de utilizar otros métodos de tratamiento. La terapia manual requiere tiempo y paciencia, es posible que se necesiten entre una y tres sesiones por semana, en función de la técnica y su respuesta al tratamiento. Las primeras sesiones puede sentir molestias, pero muchos pacientes perciben una mejoría a las seis u ocho semanas.
En el tratamiento de masaje interno, su fisioterapeuta deberá introducir un dedo en la zona de la vagina o el recto para tratar directamente los músculos y el tejido conectivo. Una técnica que se utiliza con frecuencia es el tratamiento de puntos gatillo, en la cual el fisioterapeuta busca un punto de espasmo en la musculatura y realiza un masaje circular seguido de una presión directa, este proceso se repite varias veces hasta que el punto comienza a liberarse; asimismo, el masaje interno también puede ser útil a la hora de liberar nervios. En ocasiones, se pueden inyectar fármacos anestésicos en estos puntos para conseguir su relajación.
Si se siente incómodo a la hora de realizar el tratamiento de masaje interno, su fisioterapeuta puede empezar con técnicas externas para ayudar a relajar la musculatura, estas incluyen:
Los fisioterapeutas emplean una serie de aparatos y terapias para enseñarle a relajar el suelo pélvico y tratar el dolor.
El objetivo más importante en la terapia del suelo pélvico es adquirir control y estimular la relajación del suelo pélvico, por lo que uno de los pilares fundamentales en el tratamiento es el trabajo en casa. Los terapeutas le enseñarán diversas técnicas que deberá practicar fuera de la clínica como trabajo complementario al que realiza en la clínica. Normalmente se empieza con relajación general, estiramientos de la musculatura de piernas y espalda, mantenimiento de la postura y visualización.
El tratamiento del dolor pélvico desde unidades del dolor se realiza mediante la aplicación de técnicas especializadas para el control del dolor como el bloqueo del nervio pudendo, tratamiento con toxina botulínica tipo A, estimulación electromagnética, así como el uso de neuroestimulación selectiva de raíces sacras.
La actitud terapéutica intervencionista en el dolor por disfunción del suelo pélvico reporta un beneficio adicional, siendo las posibilidades diferentes y variadas todas con una mínima complejidad en su abordaje:
Tratamiento mediante bloqueos simpáticos en el dolor pélvico: Los bloqueos del sistema nerviosos simpático tienen un papel diagnostico y en ocasiones puede modular la hipersensibilzación visceral ayudando al manejo terapéutico. En caso de respuesta positiva existen múltiples opciones de intervención para obtener un alivio más prolongado: radiofrecuencia, toxina botulínica etc.
Se puede bloquear a tres niveles: el ganglio impar, los plexos hipogastrios y en la cadena simpática paravertebral lumbar L2.
El ganglio impar recibe las aferencias simpáticas del periné y da fibras emergentes para el cóccix y los nervios cóccigeos.
El bloqueo de los plexos hipogástricos puede estar indicado tanto en dolor oncológico como en caso de dolores funcionales las dismenorreas.
El bloqueo de la cadena simpática en L2 tiene su base anatómica en el concepto de que las aferencias nociceptivas viscerales pélvicas, que entran en los diferentes ganglios de la cadena simpática para vertebral, se reúnen en el ganglio simpático de L2 para penetrar en la médula. Este ganglio suele estar presente en la mayoría de los individuos y posee una gran riqueza de ramos comunicantes que sirven de conexión entre el sistema simpático y somático, de tal forma que los aferentes nociceptivos viscerales pelvianos, alcanzan la médula a este nivel.
Tratamiento mediante estimulación eléctrica transcutánea (TENS): Aplicación semanal de TENS intravaginal acompañado de rehabilitación de suelo pélvico y biofeedback.
Radiofrecuencia de raices Sacras S2 S3 S4 uni o bilateralmente: El tratamiento mediante pulsos de radiofrecuencia se realiza guiado por Rx en forma de escopia en quirófano. Por lo general la técnica es bilateral aunque en algunos pacientes con síntomas unilaterales, sólo se realiza en el lado sintomático. Tras obtener las primeras imágenes anatómicas y haber precisado el punto de entrada y trayecto de la aguja, se desinfecta el área de interés y se realiza anestesia local en los puntos de entrada. Utilizando la técnica de acceso percutáneo guiado por Rx se introducen las agujas de radiofrecuencia de 10 cm de longitud, con un calibre de 20 G y una punta activa de 5 mm en cada uno de los puntos de tratamiento. Se genera una estimulación sensorial a 50 Hz con una tensión de 0.1 a 0.5 V, produciendo parestesias en el área sensitiva del nervio pudendo para confirmar que la aguja está correctamente posicionada. Una vez comprobada la correcta ubicación de la punta de la aguja, se realizan los pulsos de RF utilizando 1200 pulsos a un voltaje de 45 V durante 3 minutos en cada lado (alcanzando una temperatura que no exceda los 40º C), para no producir daños irreversibles. Al final del procedimiento, se realiza otro control de Rx con los mismos parámetros que el inicial para descartar posibles complicaciones. Los pacientes pasan unas horas en observación y son dados de alta si no surgen complicaciones.
Tratamiento mediante neuromodulación sacra: La estimulación selectiva de raíces sacras ha sido preconizada como técnica de elección en el tratamiento de dolor perineal y disfunción orgánica pélvica./li>